Hace algunos meses comencé a ver los afiches e imágenes promocionales de la nueva película de Jim Jarmusch y es imposible no querer ver al menos unos minutos de esa obra de arte. Pensé: "El Bafici es mi oportunidad de verla en pantalla grande!" y el Bafici me respondió: nono, queridita mía, ir el segundo día a comprar las entradas ya es muy tarde. Otros cinefilos hipsters te ganaron de mano con sus tarjetas de crédito". Por mi parte le respondí: "Ok, señor Bafici, ya la veré por mis propios medios". Para aclarar el panorama y que nadie piense que tengo contactos internacionales (porque claro, eso es super verosímil en mi vida), mi contacto es el torrent. Y hoy decidí sentarme mientras cenaba patitas y deleitarme con el encanto depresivo de este genial director.
Solo el detalle de que estos amantes infinitos se llamen Adam y Eve te dice todo. La relación de ellos es exquisita, se entienden, se aman, se salvan, se necesitan. El encanto emo-suicida de Tom Hiddleston y la adorable sensualidad de Tilda Swinton hacen que sientas que estás espiando sus vidas, que no hay espacio para otro ser en esa relación. Y los espacios es un tema a parte. La fascinación de él por la música y la de ella por los libros, espacios colmados de objetos y colores complementan los personajes. Esto no puede describirse de otra manera que no sea magia.
Al terminar, quedé fascinada. En un momento mis dedos rozan la campera que tengo puesta y noto una sustancia espesa y roja. Por un segundo, un mínimo y glorioso segundo, mi mente pensó que la diegesis de Jarmusch se había transportado mágicamente a mi vida. Pero no, había comido patitas lo que significa ketchup y como buena estudiante de cine que soy actué como si fuera algo real para hacerme creer a mi misma que era algo verosímil. Y así volví a mi vida donde la magia solo se ve en pantalla. Ah! también encontré entre mis sábanas recién cambiadas un boleto del 2011.
Llegué a la conclusión que estoy tan cerca de encontrarle significado a un boleto de hace años como de usar lentes oscuros y tomar palitos de agua hechos de sangre.
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